Según el artículo publicado en la revista Scientific Reports, el porcentaje para una población inmune con la variable delta, menos contagiosa que la ómicron, ya se establecería en el 90%
Los resultados han sido conseguidos por un grupo interdisciplinar liderado por David García compuesto por investigadores de los departamentos de Matemática Aplicada, de Ecología y del Instituto de Investigación Ramón Margalef
Ya con cifras calculadas utilizando datos relacionados con la variable delta del covid-19, el umbral de la inmunidad de rebaño se establecería en un 90% de población vacunada. Si se aplican los cálculos a la variable ómicron, más contagiosa, la cifra alcanzaría el 95%, un dato que, teniendo en cuenta la población que no puede o no quiere vacunarse, resultaría inalcanzable. Estas son las conclusiones a las que ha llegado el estudio titulado “Advertencias sobre el umbral de inmunidad del rebaño COVID-19: el caso de España”, que ha sido publicado en la revista Scientific Reports firmado por un equipo interdisciplinar de investigadores de los departamentos de Matemática Aplicada y de Ecología y del Instituto Multidisciplinar de Estudio del Medio (IMEM) Ramón Margalef de la Universidad de Alicante.
En el equipo investigador, liderado por David García, profesor del departamento de Matemática Aplicada de la Universidad de Alicante, participan también César Bordehore, del departamento de Ecología y del IMEM Ramón Margalef; Eva S. Fonfría, del IMEM Ramón Margalef, e Isabel Vigo, también de Matemática Aplicada.
Según la publicación, el estudio abarca un análisis detallado del umbral de inmunidad de rebaño de la variante ancestral del covid-19, que era la dominante al principio de la pandemia, desde diferentes enfoques y cuantifica la influencia de tres factores clave como son la fuente y la calidad de los datos, la evolución de la infectividad en el tiempo y la metodología para estimar la R0, que es un valor esencial en estos cálculos porque establece a cuántas personas contagiaría, en promedio, un infectado al principio de la pandemia, es decir, cuando no se toman medidas de prevención, no se realiza un uso preventivo de mascarillas ni tampoco la población está advertida de la existencia de una enfermedad contagiosa que hiciese modificar su comportamiento.
Sobre el análisis detallado de la HIT (umbral de inmunidad de rebaño, por sus siglas en inglés Herd Immunity Threshold), el estudio permite estimar indirectamente un nuevo valor de R0 con las variantes dominantes actuales, como son la delta (cuando se realizó el estudio) y la ómicron (según estimaciones del equipo investigador posteriores a la publicación del estudio), lo que produce un aumento significativo del porcentaje.
En el mismo sentido, la investigación revela que un factor muy influyente para la estimación de la HIT es la metodología para estimar R0, que puede producir diferencias de entre 20 y 30 puntos porcentuales para el mismo conjunto de datos a los que se aplica un modelo dinámico de cálculo. Ante esta situación, el estudio «toma el valor más alto, la denominada cota superior, para el umbral de la inmunidad de rebaño, con el fin de conseguir la mayor fidelidad en los cálculos de pronóstico», detalla García.
En el caso analizado, los datos de contagios utilizados por los investigadores de la UA han sido estimados mediante una metodología retrospectiva denominada REMEDID (por las siglas en inglés de Retrospective Methodology to Estimate Daily Infections from Deaths). Esta metodología, también publicada por los investigadores de la UA en un artículo científico anterior en la misma Scientific Reports, es capaz de estimar las infecciones diarias a partir del número de muertos, una cifra que ayuda a analizar y comprender la dinámica de la pandemia y a evaluar a diferentes escalas espaciales y temporales la eficiencia de las medidas adoptadas porque permite el cálculo de series temporales de infecciones diarias a partir de series temporales de muertes diarias.
Sobre los resultados que arroja el estudio, el investigador David García explica que «la inmunidad de rebaño estaba al 70%, según se establecía comúnmente por fuentes oficiales desde el principio de la pandemia y cuando se inició la vacunación, pero, con las nuevas variantes, hemos estimado que la inmunidad de rebaño estaría sobre el 95% con la variante ómicron».
«Este porcentaje del 95% -prosigue García- es una cifra inalcanzable porque hay personas que no se pueden vacunar y personas que no quieren vacunarse, a lo que hay que hay que añadir que las vacunas no evitan la transmisión del virus, como se ha comprobado estas Navidades, en las que la población ya está altamente vacunada y, aún así, ha sido la ola más fuerte, aunque con consecuencias menores gracias a esa protección de las vacunas». En este nuevo escenario «se requiere un mayor porcentaje de vacunados para alcanzar la inmunidad de rebaño y se ha demostrado la eficacia de las vacunas para reducir drásticamente la mortalidad, por lo que es más necesario que nunca que toda la población que pueda, se vacune», insiste el investigador de la UA.
El caso España
Algunos de los datos de mayor relevancia se extraen cuando los cálculos del estudio de sitúan en las particularidades de la pandemia en España. Los resultados presentados son válidos para una población mezclada aleatoriamente con una dinámica de propagación similar a la de España en su conjunto. Sin embargo, incluso las regiones españolas muestran dinámicas diferentes entre sí, lo que puede dar lugar a valores de HIT específicos para cada región.
Ante esto, «hay que tener en cuenta, además, que ninguna de las tres vacunas administradas en España es capaz de prevenir completamente la transmisión del virus, por lo que, incluso con un 90% de la población vacunada, probablemente no se alcanzará el HIT», comenta García, a lo que añade que «sin embargo, es cierto que el riesgo de infección se reduce significativamente para las personas vacunadas, lo que reduce directamente el R0». Además, en caso de infección, «también se reduce la transmisión del virus, lo que supone que, aunque la transmisión no se impida completamente con las vacunas, cuanto mayor sea la proporción de población vacunada, menor será el umbral de inmunidad de rebaño», incide el investigador de la UA.
Respecto a la distribución de la pandemia por regiones, García comenta que «en cualquier caso, aunque se alcance la HIT, no será la panacea. Si se alcanza la inmunidad de rebaño en la mayoría de los lugares de un país, pero hay algunas regiones específicas o subgrupos de población en una región con un porcentaje de individuos inmunes por debajo del HIT, será posible que se produzcan brotes locales en esas regiones o subgrupos», a lo que matiza, en referencia a la variante original del virus, que «si la variante ancestral no hubiera sido sustituida, la tasa decreciente de infecciones después de alcanzar un HIT del 70% todavía podía producir un 25,9% de infecciones no despreciable, es decir, 12,2 millones de infecciones en España».
Finalmente, el investigador concluye que «las autoridades sanitarias deberían garantizar estrictamente una gestión adaptativa y proactiva de la nueva situación una vez alcanzada una teórica inmunidad del rebaño».