El Ayuntamiento recoge trece toneladas de tapones de plástico que se han convertido en cerca de 1.900 euros para apoyar organizaciones con fines solidarios
Los contenedores en forma de corazón repartidos a lo largo de San Vicente del Raspeig transforman los tapones reciclados en solidaridad. Esta mañana, la Concejalía de Servicios Urbanos y Mantenimiento ha entregado los primeros cheques solidarios correspondientes a los beneficios recaudados a través de esta iniciativa a las asociaciones APSA, para atención temprana, y ASPANION, para mejorar la calidad de vida de niños y niñas y adolescentes con cáncer de la Comunidad Valenciana.
Una acción con la que el Ayuntamiento y la empresa ClearPET, encargada de la gestión final de estos residuos de plástico, han repartido un total de 1.890 euros para reconocer y apoyar la labor fundamental de ambas organizaciones.
La concejala de Servicios Urbanos y Mantenimiento, Pilar Alcolea, ha destacado el orgullo por la acogida que tuvo esta iniciativa y “la ola de solidaridad que la ha acompañado”, pues “se ha implicado el conjunto de la ciudadanía sanvicentera”. Además, ha recordado que estos puntos se han convertido en una referencia provincial que “atrae a personas de otras localidades para aportar su granito de arena depositando sus tapones”.
Así mismo, la edil ha señalado que se trata de una acción que transmite el compromiso del municipio por el reciclaje y que permite “no solo ayudar a cuidar el planeta, sino también apoyar a entidades e iniciativas solidarias que están desarrollando actividades esenciales”.
En total, esta recogida selectiva de tapones de plástico, que promueve el apoyo a colectivos y entidades con un fin solidario, ha acumulado 13 toneladas –el equivalente a 10 millones de tapones–, desde su puesta en marcha en el primer semestre de 2021. Un desafío logístico con todas las garantías de seguimiento de protocolos en gestión medioambiental que comienza con la aportación de la población, la recogida y almacenamiento de residuos por parte del operador local, Prezero, y su posterior traslado a la planta de reciclaje de Alzira para su correcto tratamiento y reutilización.