El Servicio de Medicina Interna, en colaboración con el equipo COVID-19 y los centros de salud, coordinan este programa que persigue optimizar el seguimiento
El Servicio de Medicina Interna del Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante, en colaboración con el equipo COVID-19, cuenta con una consulta de COVID-19 persistente desde abril de 2021, en la que se ha atendido a más de un centenar de pacientes.
La jefa de Sección de Medicina Interna y responsable de esta consulta, la doctora Rosario Sánchez, apunta que “entre el 30 y el 70% de los pacientes que han pasado una infección por COVID-19 pueden tener síntomas como cansancio, dolor de cabeza o pérdida de olfato hasta los tres meses. Cuando estas manifestaciones clínicas continúan transcurrido ese tiempo hablamos de síndrome de covid persistente, una enfermedad nueva que pueden padecer de forma más grave entre un 10 y 15% de los afectados por coronavirus. Se da en todos los niveles de gravedad de la enfermedad, incluso en adultos más jóvenes, niños y personas que no han estado hospitalizadas”.
La experta aporta un mensaje positivo y es que “una vez descartadas otras enfermedades de base, en la mayoría de los casos las alteraciones remiten y el paciente se recupera con el transcurso del tiempo”.
Existen gran cantidad de síntomas asociados al síndrome: neurocognitivos (dificultad para la concentración, mareos, pérdida de atención…); gastrointestinales (diarrea, dolor abdominal, vómitos); respiratorios (fatiga, disnea, tos, dolor de garganta) o psicológicos (trastorno de estrés postraumático, ansiedad, depresión, insomnio), entre otras manifestaciones.
La doctora Sánchez reconoce que en estos dos años de pandemia “los profesionales hemos aprendido mucho sobre la patología, para optimizar el seguimiento de estos pacientes que, dependiendo de la gravedad, necesitarán atención en los diferentes niveles asistenciales, bien en Atención Primaria o Atención Especializada”.
Programa multidisciplinar
En este sentido, el programa se lleva a cabo entre el equipo COVID-19 y Atención Primaria. Cuando los profesionales de los centros de salud detectan pacientes en los que persiste la sintomatología, los remiten, atendiendo a unos criterios establecidos, para su evaluación en el hospital.
La enfermera Estrella Rufete es el primer contacto que tiene el paciente con este programa, quien realiza un primer cribado telefónico, con un check-list que mide la gravedad de las manifestaciones, para determinar con qué urgencia y celeridad hay que citar al paciente en la consulta. “En el caso de que la sintomatología sea sistémica, es decir, tenga lugar en diferentes órganos o no se encuentre una causa clara y altere la calidad de vida del paciente, se le deriva a la consulta presencial”, detalla la enfermera.
Esta consulta la llevan a cabo los facultativos de Medicina Interna José Manuel Ramos Rincón, Antonio Amo y Alexander Scholz. Este equipo de profesionales se coordina con Estrella Rufete “para que se trate de una consulta única, de manera que si el paciente requiere pruebas complementarias, como puede ser una extracción analítica, se puedan realizar en el mismo día. En este dispositivo, además de ofrecer un seguimiento estrecho al paciente, pretendemos también descartar otras enfermedades que puedan estar ocasionando los síntomas, como dolencias de carácter autoinmune u otros procesos”, indican los facultativos.
Asimismo, se evalúa la calidad de vida del paciente, cómo interfieren los síntomas en su vida diaria. Dependiendo de esto, el tratamiento será más o menos intenso. “Los aspectos psicológicos de la enfermedad son muy importantes. Hay personas a las que estas secuelas provocadas por la COVID-19 les ha cambiado la vida. Estimamos que entre un 10 y un 20% de los pacientes que acuden a esta consulta padecen ansiedad, depresión o estrés postraumático”, señalan.
Para ofrecer una adecuada atención a esta dimensión emocional, “estamos en contacto con la Unidad de Psicología Hospitalaria y recomendamos a los pacientes que cumplen criterios acudir a unas sesiones terapéuticas semanales que organiza esta unidad. También disponemos de tratamientos consensuados con el Servicio de Psiquiatría del hospital para pautar a los pacientes en el caso de que sea necesario y, si la sintomatología reviste mayor gravedad, se les deriva a este Servicio”, explican.
Por lo que respecta al perfil de los pacientes, los profesionales apuntan que atienden “a un mayor número de mujeres, que además presentan los síntomas más severos, con mayor afectación en la calidad de vida, desconociéndose hasta la fecha por qué son más frecuentes determinadas manifestaciones de la enfermedad según el género”.
Por último, “tenemos la percepción de que con la vacunación ha descendido el número de pacientes atendidos por covid persistente, pero es algo que todavía se ha de corroborar mediante trabajos de investigación”, remarcan.