La catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Alicante, Amparo Navarro Faure, ha registrado hoy formalmente su candidatura al proceso de elección de rectora o rector, cuyas elecciones están convocadas para el próximo 3 de diciembre. Navarro acudió a las oficinas del Registro General de la UA donde presentó la documentación necesaria para formalizar su candidatura con la intención de convertirse en la opción de cambio e impulso de modernidad para adaptar la institución a la situación de pandemia.
“Hoy abrimos un tiempo nuevo. El día 3 de diciembre todo el estudiantado, el profesorado y el personal de administración y servicios pueden votar qué universidad quieren. Un proceso presencial que se ha abierto desde el día 12 de noviembre con el voto anticipado, como consecuencia de la pandemia y ante la decisión de no aceptar el voto telemático. Animo a participar activamente en el proceso respetando todas las garantías sanitarias. El voto y la participación de toda la comunidad universitaria será la mejor manera de apoyar el futuro de la Universidad de Alicante. Vivimos una situación muy compleja desde el punto de vista sanitario, económico y social y necesitamos un proyecto que nos devuelva la esperanza y la confianza”, ha explicado Navarro.
Para la catedrática de Derecho, es importante impulsar un cambio de modelo que se adapte mejor a las exigencias del siglo XXI y afronte con valentía y desde el rigor científico la situación de pandemia de la Covid-19. “Es importante enfrentarse a los retos sin complejos, y aprovechar todos los recursos de que disponemos, incluidos los tecnológicos, para ofrecer mejores condiciones al PAS y al PDI en el ejercicio de su labor y al estudiantado en su formación y empleabilidad. No hay que tener miedo a innovar; será sin duda la mejor manera de preservar el espíritu de presencialidad de nuestra Universidad. La Universidad debe seguir siendo la institución que genera conocimiento, que hace Ciencia en el amplio sentido de la palabra en todos los campos del saber, y donde se forman a los trabajadores, profesionales y ciudadanos de las siguientes generaciones. El futuro se construye desde la Universidad”, ha añadido la aspirante a rectora.
Este proceso de cambio debe estar fundamentado en la necesidad de mejorar las condiciones laborales del conjunto de docentes e investigadores, sin distinción por su categoría, que les permita ofrecer la mejor docencia, y dedicar más y mejor tiempo a la investigación. Navarro, quiere hacer un reconocimiento a todos los docentes e investigadores que han hecho y están haciendo un esfuerzo encomiable por mantener la calidad docente y proseguir su investigación. “Su docencia nos asegurará la formación de nuestros jóvenes, su investigación nos sacará de esta crisis. Su trabajo es esencial y así debe ser reconocido”, ha comentado.
Navarro ha destacado también “el valioso trabajo y el esfuerzo que ha hecho en plena pandemia el personal administrativo y de servicio (PAS), que tienen que ver en el futuro que su voz es considerada y tenida en cuenta. Es fundamental establecer de manera muy clara el camino hacia la estabilidad de los que aún no la han conseguido y fomentar una carrera profesional para el personal administrativo y de servicios, que les permita realizar un trabajo en las mejores condiciones con perspectivas de promoción profesional”.
Más medidas al estudiantado
La aspirante a rectora – que sería la primera mujer que logra el cargo desde la fundación de la UA en 1979 – se manifiesta defensora del concepto de Universidad como Servicio Público. Somos una Universidad Pública en el ejercicio de un servicio público y esencial, que debe ser tenido en cuenta como agente social, herramienta para la igualdad, las oportunidades y el crecimiento personal y colectivo de la sociedad en la que se asienta. “No sólo formamos profesionales y generamos conocimiento, la Universidad de Alicante es mucho más, y no debe perder nunca de vista su responsabilidad social frente a los ciudadanos que la financian”, añade.
Una de las metas de la candidata es mejorar la empleabilidad del conjunto del estudiantado, lo que en estas circunstancias exigirá de la institución un análisis riguroso del mercado laboral y del sistema de prácticas que permitan al estudiantado no sólo conseguir un puesto de trabajo, sino que éste sea adecuado a la formación que ha recibido.
Sin lugar a duda, el estudiantado es el colectivo que mayor impacto recibe de la crisis económica y social generada por la Covid-19. La catedrática de Derecho considera que “las condiciones de estudio, la necesidad de disponer de infraestructuras más operativas; una bolsa de ayudas para aquellos jóvenes que sus familias han visto perder ingresos; y mejorar los sistemas para impartir la docencia – introduciendo las nuevas tecnologías – son retos esenciales para esta etapa de pandemia y las posteriores, una vez superada esta situación”.
“Hay que compaginar el derecho a recibir una docencia de calidad con el derecho a la salud individual y colectiva y lo podemos conseguir. El gran reto es ordenar esta situación de incertidumbre y desconcierto en la que se encuentra la comunidad universitaria y asegurar al estudiantado que tendrá todas las herramientas para superar con garantías esta situación”, considera Navarro.