Los socialistas votan abstención en una nueva moratoria del servicio, aunque reprochan al equipo de gobierno sus promesas incumplidas respecto a la suciedad del municipio
El grupo municipal socialista se ha abstenido en la votación para sacar adelante la sexta prórroga del actual contrato de Limpieza y Recogida de Residuos Urbanos. No sin reproches hacia el equipo de gobierno de PP y Vox, ya que ambos partidos prometieron en campaña electoral medidas concretas para atajar los problemas de suciedad en San Vicente y hasta la fecha “no se han cumplido”. El portavoz adjunto del PSOE, Bruno Radermecker, ha señalado en su intervención que los socialistas esperan que sea la última prórroga de un servicio que “ha empeorado mucho” en el último año y medio.
“De veras anhelamos que sea la última prórroga del contrato. El broche final a la acumulación de una serie de catastróficas desdichas, y algunas decisiones erróneas nuestras y suyas si seguimos la cronología. Pero mientras que nosotros admitimos que San Vicente no tenía el servicio de limpieza y recogida que merecía, ustedes siempre han eludido su responsabilidad al afirmar de manera falsa que la ciudad está más limpia que antes”, ha indicado el edil socialista.
Así, Bruno Radermecker se ha preguntado si realmente está más limpia la ciudad desde que gobiernan PP y Vox y ha ironizado que, en tal caso, “será gracias a ese famoso plan de choque que tan bien les vino en campaña y que tanto se les atraganta gobernando”. “Ha sido el plan de choque fantasma, porque llamar a una reordenación de servicios plan de choque es muy valiente por parte del PP, pese a que se trate de una completa cortina de humo”.
Igualmente, el edil del PSOE ha remarcado que los recursos “son los mismos”, el contrato “es el mismo” y, sin embargo, “la situación ha empeorado”. “Hemos perdido la planta de transferencia y todo el servicio se ha encarecido, lo que ha redundado en un aumento extra de la tasa de basura”, ha recalcado. Asimismo, el concejal ha insistido en señalar la “decisión política” de PP y Vox de “abandonar” la planta de transferencia: “Fue un error mayúsculo, causando que el servicio sea más caro, más contaminante, menos eficiente y más incómodo para la ciudadanía”, ha concluido.