El Colegio de Enfermería de Alicante, a través de su Vocalía IV, ocupada por Noelia Rodríguez Blanco, quiere aprovechar la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna del 1 al 7 de agosto para destacar la importancia y necesidad de la inmunización frente a la Covid-19 con vacunas de ARNm (Pfizer-BioNTech o Moderna) en mujeres embarazadas y lactantes, tal y como está reflejado en la última actualización de la estrategia de vacunación para este colectivo del Ministerio de Sanidad.
Hay que tener en cuenta que los componente de la vacuna no pasan a la leche materna pero si una parte importante de los anticuerpos generados por la madre tras ser inmunizada, aunque el grado y duración de esta protección todavía no está determinado. La iHan (Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia) considera que la vacunación frente a la COVID-19 en madres que amamantan es compatible y segura, no existiendo ninguna justificación para suspender la misma por la administración de esta vacuna.
En este siglo estamos viendo como diversas vacunas administradas durante la lactancia materna (tosferina, gripe, triple vírica, etc…) obtienen importantes beneficios para la madre y su hijo, por el paso de anticuerpos a través de la leche materna.
Hoy en día las mujeres llegan a la gestación, y por tanto a la lactancia materna, en edades más avanzadas, por lo que son las mujeres de la generación de los 80 y 90 las que están siendo llamadas a vacunarse para combatir la enfermedad por COVID-19 en España.
Ahora son las mujeres de este grupo de edad fértil a las que se les cita para vacunar con su enfermera o matrona, y no se debe perder dicha oportunidad. La indicación de vacunación es importante durante este periodo de la vida, ya que la enfermedad suele requerir ingresos hospitalarios y complicaciones durante la gestación, como el incremento en el riesgo de parto prematuro.
Desde el Colegio de Enfermería de Alicante se quiere destacar que un estudio publicado recientemente con 3.958 participantes, de las cuales 827 habían completado el embarazo, dio como resultado que la vacunación era segura y que no se producían efectos adversos como abortos o prematuridad entre las mujeres vacunadas con las dos dosis.
Hay que tener en cuenta que las vacunas de ARNm no contienen virus vivos, por lo que no pueden infectar a la madre ni al feto, solo protegerlos. Tras la vacunación, la reactogenicidad que se ha descrito recientemente en estudios realizados en EEUU comparando a las mujeres embarazadas con las no embarazadas, dio como resultado que las gestantes referían más dolor en lugar de punción, pero menos dolor de cabeza, mialgia o fiebre que las no gestantes como únicos efectos tras la inmunización.
Las vacunas de ARNm (Pfizer-BioNTech o Moderna) han dado unos resultados de eficacia del 95% y 94,1% respectivamente. Además un estudio reciente publicado en la revista JAMA por Collier y colaboradores, encontró anticuerpos provocados por la vacuna transferidos por la sangre del cordón umbilical y en la leche materna, con títulos de anticuerpos más elevados que los comparados con mujeres que habían enfermado por COVID-19 durante el embarazo.