Armando Alberola recibió el galardón de la Comisión Cívica “Mártires de la Libertad” de Villafranqueza el pasado sábado en el transcurso de la marcha cívica que cada año organiza la asociación de vecinos para conmemorar el fusilamiento en 1844 de los liberales dirigidos por Pantaleón Boné ante el Panteón de los Guijarro, situado cerca del cementerio de Villafranqueza.
El catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Alicante ha sido este año el protagonista del acto al recibir el premio “Defensa de las Libertades” que cada año entrega la comisión y que ha valorado que “desde su labor universitaria llevada a cabo en la UA ha defendido los derechos y libertades ciudadanas haciendo llegar el conocimiento, y sobre todo, el espíritu crítico y la defensa de la verdad a sus alumnos y la sociedad alicantina” y destaca que “siempre ha defendido con dignidad la legitimidad ante los ataques y silencios de quienes quisieron ocultar los hecho y personas reflejados en documentos históricos de la historia reciente de España”.
Alberola ha señalado que “El premio ha sido una de esas sorpresas agradables que en ocasiones llegan y de dejan contento contigo mismo” y ha añadido “mi gratitud a los miembros de la comisión cívica por el premio. Me siento muy contento y honrado por la distinción. En cierta medida me hace pensar que siempre vale la pena defender aquello en lo que se cree”.
En su intervención, tras la entrega del galardón, el catedrático destacó “quienes han nacido en libertad desconocen lo que es vivir sin ella. Hablan sin conocimiento de causa, malbaratan el término e ignoran lo que su ausencia entraña. Otros, a sabiendas, lo invocan de manera torticera para aprovecharse y corromperlo. Nos corresponde a nosotros, como ciudadanos libres, recordarlo a cada instante. No hay nada peor que el olvido, la complacencia o, lo que es todavía más infame, la tentación de justificarlos” y tuvo un recuerdo para su abuela “En 1911, con 10 años de edad, mi abuela –su madre fue elegida en el colegio para recitar un poema a la libertad frente al monumento a los Mártires que se alzaba en lo que hoy es la plaza del Mar (…) Años más tarde, tras el golpe de estado franquista que suprimió nuestras libertades, entre septiembre y diciembre de 1936, mi abuela fue nombrada miembro del Consejo Municipal de Alicante en representación de la UGT. Le encomendaron las competencias de Educación, Sanidad y Beneficencia. Fue, formalmente, la primera mujer concejal en esta ciudad durante la II República”. Hoy, Celia Valls Pastor cuenta con una calle en la ciudad de Alicante.