La concejalía de Medio Ambiente ha puesto en marcha varias iniciativas para intentar encontrar la causa de los malos olores denunciados por los vecinos y vecinas del municipio. «Un problema que viene de años atrás» ha indicado el edil el área, Alberto Beviá, y que se ha «agudizado con el incendio de la fábrica de caucho».
El concejal ha explicado que en marzo ya se anunció la colocación de «3 sensores para la calidad del aire y 3 sensores para medir el ruido. Con un código QR se podrá conocer el resultado de esas mediciones». La iniciativa es paralela a las otras que se han puesto en marcha tras el incendio del polígono de Canastell: una unidad móvil de la conselleria de Agricultura y Transició Ecològica, y una olfatometría.
«La unidad móvil de medición está coordinada con la conselleria. Ahora mismo está en la zona de Los Molinos y ya se recoge la información (puede consultar los movimiento aquí)» ha explicado Beviá. A la unidad móvil y los sensores de calidad del aire se une «un estudio de olfatometría, algo complicado y hemos pedido la colaboración de los vecinos (que están realizando un mapeo con los puntos en los que hay percepción de olor que se trasladará a la empresa)».
Por útlimo el edil del área ha explicado que «vamos a estudiar si hay empresas en el municpio que puedan emitir al aire esos gases que puedan generar malos olores»