En las últimas semanas, hemos sido testigos de un acto que no solo atenta contra la dignidad de las mujeres, sino que también refleja el auge preocupante de los discursos de odio en nuestra sociedad, promovidos y fomentados por VOX. La señal que identifica a Sant Vicent del Raspeig como un «municipio libre de violencia machista» ha sido vandalizada reiteradas veces con pintura negra, un acto que no puede ser entendido como aislado, sino como parte de una dinámica más amplia que busca deslegitimar los esfuerzos por construir espacios seguros y libres de discriminación. Este ataque no solo ensucia físicamente un símbolo, sino que intenta manchar el compromiso colectivo con la igualdad y la justicia, valores que hemos ido construyendo entre todas y todos. Y aunque intentan silenciarnos con estas acciones, no lo van a conseguir.
Lo preocupante es que esto no ocurre en un vacío. Los discursos de odio están creciendo, tanto en redes sociales como en las calles, y tienen consecuencias reales y devastadoras. No son solo palabras: son mensajes que alimentan prejuicios, normalizan la violencia y acaban traduciéndose en actos como este. Aquí lo hemos visto claro. Lo que empieza como comentarios machistas o bromas fuera de lugar puede acabar en ataques a símbolos que representan la lucha por los derechos de las mujeres. Y eso no lo podemos permitir.
Desde Esquerra Unida-Podem tenemos claro que no basta con indignarse; hay que actuar. Estos ataques son un recordatorio de que necesitamos reforzar las políticas públicas para combatir no solo la violencia física, sino también la simbólica. Pero no se trata solo de restaurar la señal dañada; se trata de seguir educando, sensibilizando y construyendo espacios donde el odio no tenga cabida. Porque esta lucha no es solo institucional: es colectiva. Y aquí entra cada vecino y vecina, cada gesto pequeño que suma para hacer frente al machismo y al odio.
Lo bueno es que Sant Vicent del Raspeig siempre ha demostrado ser un pueblo comprometido y valiente. Hemos salido a las calles para defender nuestros derechos y hemos levantado la voz cuando ha hecho falta. Ahora toca hacerlo otra vez: denunciar estos actos, apoyar iniciativas feministas y seguir construyendo un municipio donde nadie tenga miedo por ser quien es o por defender lo que cree justo.
Aquí no vamos a dar ni un paso atrás. Sant Vicent seguirá siendo un lugar donde la diversidad se celebre, donde las mujeres puedan vivir sin miedo y donde el respeto sea la norma. Porque cada ataque como este nos recuerda algo importante: juntas somos más fuertes, y nuestra lucha por la igualdad no tiene marcha atrás.
Natalia Jerez Jeba
Concejala Grupo Municipal
Esquerra Unida-Unides Podem