Otra vuelta al sol y otro 8M para conmemorar el Día Internacional de las Mujeres. ¿Diferente a otros años? Sí y no. Quizás haya quien piense que “ya tenemos lo que queremos” o que “qué más queremos”. Pues están muy equivocados. Lo que queremos es que no nos sigan matando por ser mujeres; que se nos pague lo mismo que a los hombres, a igual trabajo, igual sueldo; que se nos conceda el mismo espacio público que a ellos; que se nos reconozcan los mismos méritos cuando los alcancemos y que no se nos haga únicas responsables de los cuidados.
El progreso de toda una sociedad se mide por el progreso de cada uno de sus miembros. Si la mitad de la población, que somos las mujeres, no tenemos plena carta de ciudadanía, no hay avance posible.
Es cierto que se está haciendo un gran esfuerzo por visibilizar a las mujeres, que los gobiernos progresistas aprueban leyes para garantizar la igualdad y toman medidas en materia laboral y económica que favorecen la disminución de la brecha salarial entre hombres y mujeres. Pero ante una acción, siempre aparece una reacción. Y la rección se está manifestando con un nombre: ultraderecha y quienes la blanquean. Discursos antifeministas, demagógicos, que sólo buscan el enfrentamiento entre hombres y mujeres, dándole la vuelta a los planteamientos feministas que defienden el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre
La conquista de derechos por parte de las mujeres, no priva de derechos a los hombres. Esto, sólo lo niegan quienes se ven establecidos en unos “privilegios” que consideran les han sido dados por naturaleza y que temen perder. Estos privilegios van en detrimento de la libertad, la seguridad y la dignidad de las mujeres. Y por eso no son justos.
La irrupción de la ultraderecha, que siempre evita usar la palabra mujer cuando se está hablando de problemas que conciernen a las mujeres, está trayendo otro mal que se va manifestando poco a poco. El Partido Popular se ha desacomplejado desde que va de la mano de Vox en gobiernos autonómicos y municipales. Cada vez siente menos vergüenza de apoyar o justificar acciones, discursos o decisiones que reducen el marco de la convivencia democrática. No se puede presumir de discurso feminista y, a continuación, apoyar a quienes hablan de ideología de género y consideran que las asociaciones de mujeres son chiringuitos que se lucran con el dinero público. En esto, los y las ciudadanas tenemos que ser conscientes de que hay que ponerse frente a quienes pretenden volver al pasado y revertir las conquistas de la lucha feminista. Quienes rompen los consensos, están negando la democracia.
Por todo esto, seguiremos dando vueltas al sol y conmemorando Días de las Mujeres siempre que sea necesario
¡¡QUE VIVA LA LUCHA DE LAS MUJERES!!
María Jesús Moreno
Concejala del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig.