Termina 2022 y es momento de hacer balance de la gestión municipal en este año que comenzó aún demasiado lastrado por las consecuencias de la pandemia y ha transitado
velozmente a un escenario visiblemente más positivo, pese a la guerra en Ucrania y a la
elevada inflación. Un año en el que la ciudad, sus sectores productivos y el propio
Ayuntamiento han logrado tomar el impulso necesario que les permitirá avanzar, en el
arranque de 2023, a posiciones que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las
personas que residen en nuestro municipio.
Los datos no mienten. El desempleo se ha reducido este 2022 en relación a 2021 en más
de 500 personas y en casi un millar respecto a 2020. Se han creado más empresas y la
evolución de la facturación de los negocios recupera cifras anteriores a la pandemia. Las
personas que con su trabajo y esfuerzo generan la actividad económica del municipio
son las grandes protagonistas de este impulso. Sin duda. Pero, si me permiten, creo
honestamente que el Ayuntamiento ha estado muy a la altura y ha puesto mimbres que
han contribuido a que ese progreso haya alcanzado un mayor recorrido.
Las campañas comerciales de los Bonos Raspeig que ha llevado a cabo la Concejalía de
Comercio han generado un movimiento económico de unos cuatro millones y medio de
euros. Los programas de empleo municipales han formado a decenas de personas que
gracias al Ayuntamiento y al Labora disponen de certificados de profesionalidad para
poder trabajar. La buena y saneada gestión económica del Ayuntamiento nos permite
afrontar los servicios y ayudar a muchas personas. Somos de los pocos ayuntamientos
que puede pagar sin endeudarse la factura energética, que se ha triplicado, y vamos a
empezar el año con presupuestos aprobados, una coyuntura que, sin duda, facilita la
gestión en beneficio de la ciudadanía.
Todo ello, como decía, contribuye a que el esfuerzo colectivo sea más liviano. Como
también ayuda que la carga impositiva de las familias sea menor en San Vicente que en
la comarca y en la provincia y también más baja que la media del Estado. Y es que en
2023, por octavo año consecutivo, mantenemos congelados tasas e impuestos y la
ordenanza de mesas y sillas seguirá derogada para favorecer a nuestro sector hostelero.
Cerramos 2022 con un buen puñado de iniciativas en marcha. Y trabajamos ya en
preparar el terreno para la inversión de una buena suma de dinero, en torno a los 24
millones de euros, del que podremos disponer a partir del mes de abril, para seguir
mejorando nuestra ciudad.
Aprovecho estas líneas para desearles un feliz y próspero año 2023.
Alberto Beviá es coordinador de Esquerra Unida Raspeig y concejal de Hacienda,
Empleo y Desarrollo Local, Comercio e Industria y Parques y Jardines del
Ayuntamiento de Sant Vicent del Raspeig.