Desde hace algunos meses, Ciudadanos está padeciendo un despiadado ataque en medios de comunicación y en redes sociales donde existe un objetivo común: un partido de centro liberal que no se pliega a las exigencias del bipartidismo es incómodo y molesto, y si además no permite el amiguismo, el clientelismo y la corrupción en la gestión diaria del PP o del PSOE en autonomías y municipios donde gobiernan estos partidos, ambos partidos unirán sus esfuerzos en tratar que este centro liberal desaparezca. Aparte que unos lo hagan con mayor diplomacia o otros con total desprecio a las ideas de nuestros afiliados, el objetivo es el mismo: es el precio que tenemos que pagar por no entrar en el redil del bipartidismo.
Ahora quiero referirme a nuestra población, San Vicente del Raspeig. En las elecciones municipales de 2019 Ciudadanos obtuvo cinco concejales siendo el primer partido de la oposición, hemos realizado una labor de oposición responsable durante los tres años y medio que llevamos de legislatura como creemos que se debe hacer: denunciando los problemas de nuestra ciudad, aportando ideas y soluciones cuando el equipo de gobierno nos ha consultado, y fiscalizando todas las acciones y resoluciones que ha tomado el gobierno tripartito.
De repente, en un grupo municipal en el que no había divergencias hasta hace apenas dos meses, surgen unas diferencias irreconciliables con las decisiones tomadas por el partido y unos principios que no pueden ser defendidos por más tiempo, que impiden seguir militando en la formación liberal a quién era el cabeza de lista en San Vicente. Asimismo, por coherencia personal con quién les trajo a Ciudadanos, también abandonan el partido dos concejales más del grupo municipal.
Fieles a nuestro espíritu liberal, consideramos que cada persona es libre de afiliarse al partido que desee, y evidentemente, también lo es para darse de baja cuando lo considere oportuno. Sin embargo, parece que algunos afiliados de nuestro partido dejaron repentinamente de tener este espíritu liberal, o después de tres años y medio han descubierto ahora que no apoyan la ley de eutanasia, la gestación subrogada o la ley del aborto. Les ha costado bastante tiempo darse cuenta.
Se puede cambiar de ideas, se puede cambiar de partido, es perfectamente legítimo, pero nos tememos que los ciudadanos sanvicenteros no entenderán fácilmente la evolución personal de quienes han justificado su marcha a otro partido. Aunque hayan reiterado que ambas actuaciones: la de dejar un partido, y la de afiliarse a otro, no tenían nada que ver la una con la otra, son situaciones difíciles de entender.
Cualquier excusa es buena para afiliarse a un partido político cuando está al alza, y por lo mismo, para dejarlo cuando está en curva descendente. En cierto modo, hasta sería comprensible esta actitud cuando crees que un partido no te ofrece nada más, pero incluso en estos casos, no es necesario aducir pretextos que no cuelan entre una ciudadanía que alcanzó la edad adulta hace ya muchos años.
Los tres nuevos concejales que les sustituyen ya conocen la ideología de Ciudadanos, estaban aquí en 2018 y siguen estando ahora, no les va a sorprender que no vayamos en listas conjuntas con otro partido. Seguimos aquí con la misma forma de trabajar que hemos llevado hasta ahora, aunque con un equipo renovado que va a seguir desarrollando esta tarea de oposición responsable en el consistorio de San Vicente del Raspeig.
Seguimos estando aquí porque nuestro compromiso como partido cuando nos presentamos a las elecciones municipales de 2019 sigue siendo el mismo.
Jordi Roig
Portavoz del Grupo Municipal Ciudadanos
en el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig